Rojo y oro · Iria G. Parente · Selene M. Pascual · Alfaguara · Ilustraciones Mar del Valle
Una vez más Iria y Selene han demostrado su inmensa capacidad narrativa y la calidad que imprimen a cada una de sus historias. Dos autoras que combinan a la perfección la ardua tarea de escribir a dos manos, y la maravillosa sintonía que demuestran en ello. Con una edición que es una maravilla tanto por fuera, como por dentro, y con una ambientación basada en la mitología griega, el resultado no podía ser otro que fantástico.
En Rojo y oro nos adentramos en el fascinante mundo de los dioses que lo dominan todo. Dividido en tres partes, El Mundo Superior, El Mundo Medio y El Inframundo, la ambición, la violencia, los celos, el odio y el amor, son los sentimientos que lo mueven todo. Las autoras nos muestran la cara real de esos dioses, que no conforme con la vida eterna y el poder que tienen, aspiran a más sin importar cuales sean las consecuencias de sus egoístas actos. Iris la Diosa del Caos y la Discordia, ansiaba poder y ocupar el lugar de su mayor enemiga, Hera, pero su osadía le costaría cara, puesto que es castigada por los demás dioses a morar eternamente convertida en piedra y custodiada por sus propios hijos, todos menos uno, el recién nacido Orión.
Orión ha sido criado y esclavizado bajo el yugo de Hera, pagando injustamente por el egoísmo y la ambición de su propia madre, Iris. Es el Dios de la Vida, dulce, bueno y de gran corazón, pero ha llegado al límite de soportar los abusos a los que es sometido y desea ser libre. Es por ello que lleva un tiempo preparando su venganza, pero necesita despertar a su madre que se encuentra convertida en piedra en un laberinto de difícil acceso y del cual salir con vida es prácticamente imposible. La ayuda de la amazona roja, Asteria, es necesaria si quiere salir victorioso de lo que se ha propuesto: poder vivir con la tranquilidad de ser libre y no volver a verse jamás sometido y esclavizado.
<<Tengo la súbita necesidad de echarme hacia delante. De quitarme la duda, de una vez por todas, de si Asteria está tan llena de energía como parece. De si esta atracción es un juego malsano creado por mi propia naturaleza, o hay algo más. De si es cosa mía...
Para mi sorpresa, esos labios que miro se curvan en un intento de sonrisa que resulta burlón.>>
En Rojo y oro nos adentramos en el fascinante mundo de los dioses que lo dominan todo. Dividido en tres partes, El Mundo Superior, El Mundo Medio y El Inframundo, la ambición, la violencia, los celos, el odio y el amor, son los sentimientos que lo mueven todo. Las autoras nos muestran la cara real de esos dioses, que no conforme con la vida eterna y el poder que tienen, aspiran a más sin importar cuales sean las consecuencias de sus egoístas actos. Iris la Diosa del Caos y la Discordia, ansiaba poder y ocupar el lugar de su mayor enemiga, Hera, pero su osadía le costaría cara, puesto que es castigada por los demás dioses a morar eternamente convertida en piedra y custodiada por sus propios hijos, todos menos uno, el recién nacido Orión.
Orión ha sido criado y esclavizado bajo el yugo de Hera, pagando injustamente por el egoísmo y la ambición de su propia madre, Iris. Es el Dios de la Vida, dulce, bueno y de gran corazón, pero ha llegado al límite de soportar los abusos a los que es sometido y desea ser libre. Es por ello que lleva un tiempo preparando su venganza, pero necesita despertar a su madre que se encuentra convertida en piedra en un laberinto de difícil acceso y del cual salir con vida es prácticamente imposible. La ayuda de la amazona roja, Asteria, es necesaria si quiere salir victorioso de lo que se ha propuesto: poder vivir con la tranquilidad de ser libre y no volver a verse jamás sometido y esclavizado.
<<Tengo la súbita necesidad de echarme hacia delante. De quitarme la duda, de una vez por todas, de si Asteria está tan llena de energía como parece. De si esta atracción es un juego malsano creado por mi propia naturaleza, o hay algo más. De si es cosa mía...
Para mi sorpresa, esos labios que miro se curvan en un intento de sonrisa que resulta burlón.>>
