Alfaguara
19 Febrero 2015
Noah y Jude son inseparables, dos hermanos absolutamente diferentes que se enfrentan al mundo juntos, complementándose. Con trece años, el solitario Noah dibuja sin parar, es un genio del arte y se ha enamorado en secreto de su carismático vecino. Con trece años, la atrevida Jude se lanza desde altísimos acantilados para experimentar el subidón de adrenalina, lleva pintalabios muy llamativos y habla por los codos. Pero, tres años después, Jude y Noah casi no se hablan. Algo ha ocurrido entre ellos que ha roto a los mellizos de formas diferentes y dramáticas… Hasta que un día la vida de Jude cambia cuando conoce a un chico guapo, frágil y arrogante… y a alguien más, una nueva fuerza aún más impredecible, y ligada a su pasado de forma inevitable.
Opinión personal
No conocía a la autora, y recién me enteré gracias a Lisa de Fantasy World, que anteriormente había publicado un libro con el título "El cielo está en cualquier lugar". Ha sido toda una sorpresa y experiencia leer a Jandy Nelson, me ha sorprendido su forma de narrar, con un toque poético y utilizando metáforas para contarnos la historia y hacernos llegar los sentimientos y emociones de nuestros personajes. Debo decir que al principio me ha descolocado un poco, como he comentado, no conocía su forma de narrar y no estaba acostumbrada a ella. La historia está narrada por nuestros principales protagonistas, Noah y Jude, hermanos mellizos que han estado unidos y compartiendo todo desde que nacieron. Por lo tanto, conoceremos toda la historia a través de ellos, Noah nos cuenta el pasado cuando tenían trece años y Jude será la encargada del presente, a la edad de dieciséis. Pasando y presente se unen para así saber que pasó en su día que los llevó a dejarse de hablar, de estar unidos e incluso sentirse como dos desconocidos en su propio entorno. Los celos, las mentiras y el desconocimiento de la verdad, tejen esta historia que toca temas como; el alcoholismo, la homosexualidad, infidelidad, bullyng, pero también, la familia, el amor, el cariño, la amistad y la lucha por alcanzar la propia felicidad de uno mismo.
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Cuando sienta deseos de pedirte que me acompañes a edificios abandonados, de besar esos labios que tienes o de perderme en tus prodigiosos ojos, de imaginar lo que se oculta bajo esos trapos parduzcos tras los que te escondes o de violarte en un suelo mugriento como me muero por hacer ahora mismo, me daré el piro con mi bola skippy.
––¿Trato hecho? ––me tiende la mano––. Amigos. Solo amigos.
¿Señales confusas? Oscar es una montaña rusa con patas.
No hay trato ni hablar.
––Trato hecho –– digo, y le estrecho la mano, pero solo porque me muero por tocarlo.
Como he comentado más arriba, la forma de narrar de la autora es muy especial, si bien no es a lo que estoy acostumbrada, es imposible no valorar y sentir admiración por como la autora te cuenta la historia, donde en todo momento hace que te unas a nuestros personajes y vayas viviendo con ellos todo tipo de emociones, conociendo sus miedos, sus deseos y sacando lo peor y lo mejor de ellos. Con el pasado conoceremos que fue lo que ocurrió y lo que desencadenó que en el presente se encuentren en esa situación y en la actualidad iremos viendo como todo se va aclarando hasta llevarlos a conocer secretos y malos entendidos que lo cambiará todo. Junto a Noah y Jude tendremos unos personajes secundarios con mucha personalidad, que forman parte imprescindible del desarrollo y acontecimientos que se darán en la historia bastante sorprendentes.
Te daría el mundo es una historia diferente, especial, llena de matices, hermosa, dura, divertida, con unos personajes que es imposible no sentir empatía con ellos en ciertos momentos y comprender porque actúan como lo hacen. Ha sido toda una experiencia conocer a Jandy Nelson.